No es lo que tienes, lo que eres o dónde estás lo que te hace feliz o infeliz. Es lo que piensas sobre ello – Dale Carnegie

¿Cuántas veces has pensado que tendrás un mal día solo porque al despertarte escuchas la lluvia caer? Inmediatamente tu actitud cambia, empiezas a imaginar lo complicado que será llegar al trabajo y te predispones a lo negativo. Te atormentas, tu humor cambia y le das cabida a la rabia y a la frustración. Decides, de manera inconsciente, ser infeliz por algo tan trivial como la lluvia.

Mi invitación, a partir de ahora, es que hagas todo lo contrario: en lugar de llenarte de emociones negativas, hazlo con las positivas enfocándote en lo bueno. Es como hacer ejercicio, vas poco a poco, día a día, hasta lograr grandes resultados.

La felicidad nunca será permanente ni duradera; es importante tenerlo claro. Sin embargo, podemos encontrarla con solo cambiar nuestra forma de sentir y asumir lo que nos sucede. No quiero decir con esto que debemos vivir permanentemente con una sonrisa en los labios, pues momentos duros y tristes los vamos a tener, pero me gustaría que al menos dejes de amargarte por asuntos o situaciones que no valen la pena o no son tan determinantes en tu vida.

La felicidad podemos encontrarla incluso cuando no tenemos lo que queremos. No se trata de tener una actitud conformista, sino de aprender a mirar el lado bueno de la vida y entender que todo pasa. Procura ser feliz por decisión y no por ser un títere de las circunstancias.

Los invito a trabajar con su yo interior para que se sientan más completos, que se autoexploren, que se conozcan. Cuando somos conscientes de nuestra vulnerabilidad, podemos enfrentar sin problemas que no somos perfectos, que nadie lo es, y que incluso podemos encontrar felicidad en las imperfecciones.

Si llueve, si hace Sol, si el día está gris, no importa, no dejes que te afecte. Acepta y sonríe. Claro que en nuestra vida nos enfrentamos a situaciones mucho más complejas que el estado del tiempo, pero incluso en momentos así, mi invitación es a que aceptes y sonrías. Sonríe para que tu mente se ilumine, se libere de bloqueos y pueda ver lo que ocurre desde una mejor perspectiva. El poder de influencia de la mente en nuestros sentimientos es increíble.

Ser feliz es mucho más que estar alegres; la alegría responde a un momento, a una circunstancia, por lo tanto, es pasajera. La felicidad es más una actitud, una forma de asumir la vida de una manera más positiva, enfrentando los obstáculos con valentía, riéndonos de nuestros errores, entendiendo que la existencia es un aprendizaje continuo.