El análisis de la firma es una herramienta reveladora de la intimidad de quien escribe. En la firma se manifiesta su verdadero yo – María Fernández Vita

En esta oportunidad les hablaré de una de las herramientas que uso para ayudar a mis seguidores en su crecimiento personal, espiritual y profesional, se trata de la grafología, técnica que estudia las características físicas y los patrones de escritura para determinar rasgos de la personalidad de quien escribe y su estado psicológico en el momento en que lo hace.

Su utilidad es bastante amplia, se emplea en áreas como la selección de personal, análisis criminológicos, estudios biográficos, en pedagogía para precisar trastornos del aprendizaje como las disgrafías, y hasta en medicina para detectar de forma temprana problemas neurológicos como el Alzheimer.

¿Cómo funciona la grafología? Les explico: cuando escribimos inconscientemente vamos mostrando rasgos de nuestra verdadera esencia. Es importante destacar que la escritura es como una especie de huella dactilar porque todos escribimos de forma distinta, nuestra letra puede ser reconocida entre la de otros porque posee características que la hacen única. También va cambiando a medida que nosotros los hacemos, por eso la firma se modifica a lo largo de los años, cuando envejecemos.

A continuación, compartiré con ustedes algunos de los muchos aspectos que se tienen en cuenta al momento de aplicar la grafología, sin embargo, aclaro que no solo se estudia cada trazo sino a la persona como un todo.

Una letra pequeña ofrece datos sobre la capacidad de concentración y síntesis, también de que se trate de alguien introvertido. Mientras que las letras grandes nos hablan de autoconfianza y una visión global.

Una de las características es si el nombre es legible o no. De ser legible, esto puede indicar que estamos frente a una persona de metas claras, equilibrada, responsable y con una alta autoestima. Por el contrario, si cuesta entenderla, puede ser indicador de ansiedad e impaciencia.

Las letras curvas denotan un gesto suave, una persona conciliadora, bondadosa, de buenos modales, que evita conflictos. Si en la firma vemos letras que forman ángulos, estamos frente a individuos enérgicos, que pudieran ser agresivas.

La dirección de la línea nos informa del estado de ánimo del sujeto. Si te tuerces hacia arriba a medida que se acaba la línea nos indica optimismo y, en el caso contrario, desánimo y pesimismo.

Los márgenes sin indicadores de nuestra forma de organizar el tiempo, mientras que su tamaño arroja datos vinculados con el gusto estético, el orden, y que tan introvertidos o extrovertidos somos.

Si deseas mejorar tu letra y transformar esos viejos patrones mentales que no te permiten avanzar. te invito a que comiences a hacer grafoterapia para poder sanarte mental y emocionalmente. Y así como dice el viejo refrán que Dios escribe derecho en líneas torcidas, así mismo podrás ir corrigiendo esos aspectos inconscientes de tu ser y tu esencia divina.